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50 años de inspiración educativa en Recoleta: el Jardín Naciente celebra su legado
En el corazón de la Población Angela Davis en Recoleta, un lugar especial ha sido testigo del crecimiento y desarrollo de miles de niños y niñas, así como de familias enteras que han encontrado en él un espacio de aprendizaje y convivencia. El Jardín Naciente, uno de los siete establecimientos de educación inicial de la Fundación Cristo Vive, ha alcanzado un impresionante hito: 50 años de inspiración y dedicación.
Desde sus aulas hasta sus patios, el Jardín Naciente ha sido un faro de educación y valores en la comunidad. Cada risa, cada juego y cada paso en su interior han contribuido a la formación de generaciones de personas. Este aniversario no sólo celebra cinco décadas de enseñanza, sino también la construcción de un lazo irrompible con las familias que han confiado en esta institución a lo largo de los años.
En este contexto, Kelly Calderón, directora del Área Educación Inicial de la Fundación Cristo Vive, comparte con entusiasmo: "El Jardín Naciente no sólo ha sido un espacio de aprendizaje, sino un lugar donde los corazones de los niños y niñas han encontrado su hogar educativo. Nuestro compromiso con la educación inclusiva y de calidad ha sido la brújula que nos ha guiado durante estos 50 años".
Dentro de la rica historia del Jardín Naciente, emerge un nombre que resuena con profundo respeto: "Maruja" Jofré. Una figura histórica que ha dejado una huella imborrable en esta comunidad. Maruja, además de su labor educativa, ha sido reconocida por su incansable trabajo en pro de los Derechos Humanos, encarnando los valores que el jardín ha transmitido a lo largo de su historia.
Un símbolo tangible de la perseverancia y crecimiento del Jardín Naciente es el árbol majestuoso que adorna su patio. Plantado en el primer aniversario del jardín en 1974, este árbol ha crecido junto con los sueños y aspiraciones de generaciones de niños y niñas. Hoy, sigue siendo un recordatorio vivo de la misión de este lugar.
La celebración de medio siglo de educación en el Jardín Naciente es un recordatorio conmovedor de cómo una institución puede forjar vínculos duraderos y promover el desarrollo integral de las personas. La Fundación Cristo Vive se enorgullece de este logro y renueva su compromiso de seguir construyendo un futuro brillante a través de la educación, fortaleciendo los lazos que dan vida a las comunidades en cada rincón de Chile.
Desde sus aulas hasta sus patios, el Jardín Naciente ha sido un faro de educación y valores en la comunidad. Cada risa, cada juego y cada paso en su interior han contribuido a la formación de generaciones de personas. Este aniversario no sólo celebra cinco décadas de enseñanza, sino también la construcción de un lazo irrompible con las familias que han confiado en esta institución a lo largo de los años.
En este contexto, Kelly Calderón, directora del Área Educación Inicial de la Fundación Cristo Vive, comparte con entusiasmo: "El Jardín Naciente no sólo ha sido un espacio de aprendizaje, sino un lugar donde los corazones de los niños y niñas han encontrado su hogar educativo. Nuestro compromiso con la educación inclusiva y de calidad ha sido la brújula que nos ha guiado durante estos 50 años".
Dentro de la rica historia del Jardín Naciente, emerge un nombre que resuena con profundo respeto: "Maruja" Jofré. Una figura histórica que ha dejado una huella imborrable en esta comunidad. Maruja, además de su labor educativa, ha sido reconocida por su incansable trabajo en pro de los Derechos Humanos, encarnando los valores que el jardín ha transmitido a lo largo de su historia.
Un símbolo tangible de la perseverancia y crecimiento del Jardín Naciente es el árbol majestuoso que adorna su patio. Plantado en el primer aniversario del jardín en 1974, este árbol ha crecido junto con los sueños y aspiraciones de generaciones de niños y niñas. Hoy, sigue siendo un recordatorio vivo de la misión de este lugar.
La celebración de medio siglo de educación en el Jardín Naciente es un recordatorio conmovedor de cómo una institución puede forjar vínculos duraderos y promover el desarrollo integral de las personas. La Fundación Cristo Vive se enorgullece de este logro y renueva su compromiso de seguir construyendo un futuro brillante a través de la educación, fortaleciendo los lazos que dan vida a las comunidades en cada rincón de Chile.
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