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Celebrando 10 Años de compromiso y acogida de la Residencia Cristo Acoge

En un década marcada por el compromiso y la empatía, la Residencia Cristo Acoge, perteneciente al Área de Personas en Situación de Calle de Fundación Cristo Vive, celebra su aniversario número 10 con profundo significado. Desde su inicio, esta institución ha desempeñado un papel crucial en la vida de quienes más lo necesitan, brindando un refugio de dignidad y oportunidades para aquellos en situación de calle.

Dos eventos destacados marcaron la conmemoración de estos 10 años de servicio inquebrantable:

Misa Popular de Gratitud: En compañía de las personas usuarias y los incansables trabajadores y trabajadoras de la residencia, se celebró una misa en reconocimiento a una década de luchas compartidas y esperanzas renovadas. La devoción y el sentido de comunidad presentes en este encuentro reafirmaron la importancia de continuar trabajando juntos en pos de un futuro mejor.

Cena de Respeto y Apoyo: Una ocasión única para estrechar lazos, la cena reunió a usuarios, trabajadores y trabajadoras de la residencia, así como a invitados especiales. En este espacio de encuentro, el respeto y el afecto florecieron, reflejando la profunda humanidad que yace en el corazón de cada ser humano.

La Hermana Teresa Winter, directora del Área de Personas en Situación de Calle, compartió reflexiones conmovedoras sobre la misión y el significado de esta labor constante:

"Es un trabajo para la persona, para la superación de la persona, ayudando para que cada una encuentre una nueva oportunidad para rearmar su vida".

La experiencia de la Hermana Teresa en esta jornada de apoyo y rehabilitación ha sido una lección continua sobre la fragilidad y vulnerabilidad inherentes al ser humano:

"Para mí ha sido un tremendo aprendizaje lo que es el ser humano, un tremendo aprendizaje de la debilidad, de la vulnerabilidad del ser humano como ser humano. Y también justamente esa parte que si yo no me amo a mí misma es muy difícil amar al otro y hacer el bien al otro. Aquí tenemos justamente ese problema, la autoestima de nuestra gente está bien dañada y obviamente sin autoestima no hay amor".

Este aniversario no solo marca una década de existencia para la Residencia Cristo Acoge, sino también una década de esperanza restaurada y vidas transformadas. A medida que avanzamos, renovamos nuestro compromiso de continuar urdiendo el tejido social a través de la compasión y el apoyo mutuo, trabajando juntos hacia un futuro en el que cada individuo pueda encontrar su lugar en la comunidad.


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